Por Roselyn Kristen
Las aspiraciones de los Estados y de las organizaciones privadas (industrias, ongs, etc.) de mitigación de los efectos del cambio climático han determinado la creación de los mercados de bonos de carbono (carbon credits) a nivel mundial. Estos mercados consisten en la compra-venta de reducciones de emisiones de dióxido de carbono por parte de empresas (con o sin la obligación legal de descarbonización). Cada bono representa la reducción de una tonelada de emisiones de dióxido de carbono mediante el desarrollo de un proyecto (por ejemplo, de reforestación, de generación de energía verde, etc.) bajo un standard de certificación.
Los mercados de bonos de carbono pueden ser obligatorios o voluntarios según la existencia o no de la imposición legal de descarbonización para la empresa (que adquiere las reducciones de las emisiones) o para los Estados donde el proyecto de mitigación de la contaminación es desarrollado. Entre los mercados de bonos de carbono de carácter obligatorio para los Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas, podemos mencionar al Mecanismo de Acreditación de la Convención de París sobre el cambio climático (2015). En esta convención los Estados miembros de O.N.U. confirman su compromiso de reducir sus emisiones de gases invernaderos y de cooperarse mutuamente con este propósito técnica y financieramente. El Mecanismo de Acreditación comprende el standard (metodología) de certificación de las reducciones de emisiones de dióxido de carbono para su venta en la Carbon Offset Platform de la Organización de Naciones Unidas. Los proyectos deben ser inscritos ante la Autoridad Única Nacional que designa cada Estado con esta competencia de conformidad con la Convención de Paris sobre cambio climático.
A fin del cumplimiento de sus obligaciones internacionales de reducción de sus emisiones de gases de efectos invernaderos, más de cuarenta (40) Estados han creado el impuesto al carbono a las actividades industriales. Estos Estados (tales como Chile y Colombia) permiten de forma optativa el pago directo de este impuesto a la institución fiscal respectiva o mediante la compra de bonos de carbono.
Entre los mercados obligatorios de reducción de emisiones de carbono podemos además mencionar al sistema Cap and Trade de la Unión Europea siendo considerado uno de los más grandes del mundo. Los Estados miembros de la Unión Europea conceden permisos a las empresas para la emisión de una determinada cantidad de dióxido de carbono. Las empresas que superen este límite deben compensar sus emisiones mediante el pago del impuesto al carbono o comprando la cantidad no utilizada (credits) de aquellas que las redujeron.
Los mercados de bonos de carbono existen actualmente a nivel global destacando el de China como el más grande del mundo. De conformidad con las investigaciones de James Prosper, las transacciones de bonos de carbono es un mercado multibillonario en $ y serán de 16 trillones en 2050.
El compromiso de reducción de las emisiones de dióxido de carbono de los Estados y de las compañías trasnacionales ha determinado la creación de fondos orientados a la financiación de proyectos de bonos de carbono en los países en vías de desarrollo. La ejecución de estos proyectos aporta a estos países beneficios referentes a un desarrollo socio-económico eco-sostenible (tratamiento de residuos, reforestación, energías limpias, etc) y a la generación de empleos. No obstante, estos beneficios de los mercados de bonos de carbono no son ampliamente aprovechados en varios países en vías de desarrollo debido al desconocimiento e incomprensión de los mismos.
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